El 31 de octubre celebramos el Día de la y el Empleado Público Chaqueño. Este año, de manera muy particular: una patronal que gestiona la ...
El 31 de octubre celebramos el Día de la y el Empleado Público Chaqueño. Este año, de manera muy particular: una patronal que gestiona la provincia totalmente de espaldas a los trabajadores y trabajadoras.
Desde su asunción, hace más de 10 meses, el gobernador Leandro Zdero no recibió ni una sola vez a ATE Chaco para poder dialogar sobre las condiciones de trabajo de los y las estatales chaqueñas. Ni a ATE ni a ningún otro sindicato con representación en el ámbito público.Se encargó además de frenar judicialmente el pase a planta que habíamos conseguido con mucha lucha, organización y trabajo durante el 2023. Miles de trabajadoras y trabajadores chaqueños que desde hace años eran precarizados por el Ejecutivo provincial tenían por fin la oportunidad de consagrar un derecho tan elemental como lo es el de la estabilidad laboral; y de manera totalmente transparente y democrática. La gestión actual se encargó de quitarles ese derecho; habló de la necesidad de volver a realizar todo el proceso, denunció supuestas irregularidades y mandó otra vez a la cola a miles de trabajadoras y trabajadores que fueron condenados nuevamente a la pobreza, la precarización laboral y la violencia institucional.
Tampoco cumplió con las leyes provinciales, negándose sistemáticamente a convocar a la Comisión de Interpretación y Autocomposición Paritaria, instancia necesaria para conformar la discusión del Convenio Colectivo de Trabajo para el sector estatal donde se debería discutir el salario, pero también las condiciones laborales, el derecho a la carrera administrativa, la formación, entre otros aspectos esenciales para un servicio eficiente. Ley que el propio gobernador aprobó siendo diputado un año antes.
Muy por el contrario, impuso todos y cada uno de los anuncios salariales, y hasta se atrevió a triplicar su sueldo y el de los funcionarios cercanos al asumir la gestión, mientras a los y las trabajadoras nos hablaba de austeridad y nos repartió migajas.
Este escenario nos obligó a lo largo del año a expresar nuestro rechazo, con movilizaciones en las calles, con asambleas en los lugares de trabajo, con distintas formas de reclamos que al día de hoy jamás tuvieron respuesta; sólo represión policial, persecución laboral y hasta despidos.
Por eso decimos que este año no tenemos nada que festejar. Celebramos sí la fundamental importancia de la y el empleado público para sostener y hacer funcionar esta provincia. Convocamos a las y los trabajadores en general, y a nuestros y nuestras afiliadas en particular, a seguir juntándonos para construir la fuerza colectiva. Para seguir diciendo qué Estado queremos. Para seguir organizándonos en esta, nuestra ATE, para construir el futuro que soñamos.