Este lunes 25 de marzo se llevó adelante una jornada de protesta y visibilización en contra del cierre del Instituto Nacional de la Agricult...
Este lunes 25 de marzo se llevó adelante una jornada de protesta y visibilización en contra del cierre del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI). Con esta medida, tomada desde el gobierno nacional a cargo de Javier Milei, se deja sin efecto una política pública que tiene 30 años, con la fundación del programa en 1993.
El cierre del INAFCI implica
el abandono del sector de la agricultura familiar, con impacto en las
comunidades rurales y originarias de todo el país. El cierre del organismo
afecta al proceso productivo de las y los pequeños productores, que se verán
privados de asesoramiento técnico, sanidad animal, desarrollo de la
infraestructura de agua, acceso al financiamiento internacional y provincial.
“La agricultura familiar es
el sector que produce el alimento que comemos todos los días, que va para el
mercado interno, que lo vemos en los bolsones verdes, en los huevos caseros, en
la miel. Defender la agricultura familiar es defender la mesa y defender el
bolsillo de todo el Chaco. Es un sector que fuimos organizando con el correr
del tiempo, y hoy el gobierno nacional lo está abandonando y despidiendo a la
totalidad de los trabajadores que estamos involucrados en este organismo”,
expresó la delegada de ATE Chaco, Ana Nicora.
“Estamos indignados con la
sarta de mentiras, con las barrabasadas que se dijeron sobre las y los
trabajadores desde el gobierno nacional. Y aquí estamos demostrando nuestro
trabajo”, agregó.
Además de sus oficinas en
Resistencia, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e
Indígena tiene sedes en Juan José Castelli, Quitilipi, Pampa del Indio, Las
Garcitas, entre otros puntos de la provincia. “Es un organismo que se
caracteriza por la territorialidad, que siempre ha trabajado mano a mano con
los productores y con sus asociaciones, que ha trabajado en la generación de
las ferias francas, en el circuito corto de la comercialización de la
agricultura familiar, que provee asistencia técnica a través de sus ingenieros
agrónomos, veterinarios, licenciadas en trabajo social en los procesos
organizativos de cooperativización”, describió Nicora.
Por su parte, el delegado de
ATE Chaco, Marcelo Ruesta, manifestó: “Muchas veces son ineficientes las
políticas públicas que se planifican desde un lugar central y bajan a
territorio, sin conocer la realidad. Pero en este caso estamos hablando de un
Instituto que cubre la provincia y trabaja en terreno. Los problemas que
diagnosticamos en el territorio son los que trabajamos y los recursos se
aplican a ello”.
Nicora a su vez se pregunta:
“¿Qué pequeño productor puede contratar a un ingeniero agrónomo? No estamos
hablando de grandes productores, estamos hablando de 12 mil pequeños
productores en la provincia que son la pequeña escala, ese es el sector que
están abandonando”.
Y apuntó: “Luchamos para que
queden nuestros puestos de trabajo y podamos seguir trabajando con el sector,
donde estamos hace 30 años consolidando los equipos de trabajo. Somos profesionales,
especializados en agricultura familiar, nuestra esperanza es que tantos años de
trabajo no se pierdan”.