Sin Estado que regule la voracidad del mercado, sin trabajadores garantizando los derechos al pueblo, no hay felices fiestas. Esta debe se...
Sin Estado que regule la voracidad del mercado, sin trabajadores garantizando los derechos al pueblo, no hay felices fiestas.
Esta debe ser sin dudas una de las Navidades más tristes para las y los trabajadores. Los miles de despidos efectuados en los últimos días, producto de las políticas de ajuste y achicamiento del Estado, empañaron las celebraciones de muchas familias. Y para el resto de los asalariados el panorama no es más alentador: la devaluación del 100% y la inflación del 118% lanzadas los primeros días del gobierno de Milei pulverizaron el 70% de su poder adquisitivo.
En
estas Fiestas, el brindis será por la dignidad de las y los trabajadores. La
dignidad con la que enfrentaremos a este gobierno de extrema derecha y
ultraconservador que busca bajar nuestra calidad de vida al mínimo soportable,
y la dignidad con la que enfrentaremos la criminalización de la protesta,
porque no podrán silenciarnos ni con su hegemonía mediática ni con sus bastones
largos.
Pretenden
demonizar el derecho al trabajo y el rol de las organizaciones sindicales.
Pretenden demonizar la solidaridad de clase para instalar el “sálvese quien
pueda”.
El paradigma cambió y los campos de batalla son la opinión pública, la instalación de temas y las consignas.
Los
medios masivos de comunicación y las redes sociales no son inocentes
plataformas neutrales por donde circulan discursos. Son actores sociales y
políticos con incidencia fundamental en los conflictos de la sociedad.
Voluntades aisladas no nos van a permitir sobrevivir a las políticas ultraliberales y apátridas de este gobierno. Desde el campo popular tenemos que sostener la lucha afianzando a nuestro sindicato, llamando a la unidad, y reafirmando el compromiso desde la solidaridad con el otro.
No
bajaremos los brazos en defensa de los principios sostenidos por el artículo 14
bis de la Constitución Nacional y, más que nunca, por el Convenio Colectivo de
Trabajo provincial.
No
nos resignaremos, no claudicaremos, no pasarán.